Del curso: Motion Graphics esencial: Tu primer proyecto

Aprendiendo de nuestros errores

Por más meticuloso que sea nuestro plan, cuando desarrollamos un proyecto no estamos exentos de equivocaciones. Si bien cuando realizamos un proceso por primera vez es más fácil fallar, también podemos incurrir en el error cuando ya contamos con una larga trayectoria plena de experiencia. En definitiva, podemos decir sin temor a equivocarnos que todos cometemos errores. Lo importante será no el hecho en sí de fallar, sino de la reacción que nosotros ofrezcamos ante el error. Ante el error, no debemos negarlo ni esconderlo. de los errores podemos extraer lecciones que se conviertan en éxitos. Los errores son experiencias de las que aprender. Aprender de los errores es hacer de los mismos una lección. Debemos descubrir la oportunidad que nos ofrece para mejorar. Aceptar un error supone la posibilidad de visualizar la situación de forma diferente y además aceptar los puntos de vista de los demás para así confrontarlos con los propios y obtener nuevas conclusiones. Una de las principales lecciones que nos deja el hecho de equivocarnos es que los errores solo se cometen durante la acción. O, lo que es lo mismo, si no lo intentamos no podemos equivocarnos. Por eso, al equivocarnos, actuamos para corregir el problema, pero también investigamos, con lo que adquirimos nuevos conocimientos. Si pedimos ayuda, estaremos ampliando nuestro horizonte, descubriendo áreas que quizá no alcanzábamos a percibir por nosotros mismos. Reflexionar sobre un error cometido nos permitirá repasar e identificar aspectos a mejorar. Reconocer el fallo nos permite aprender y avanzar en nuestra carrera profesional. Si, por contra, lo escondemos, el error permanecerá impidiéndonos progresar. O, lo que es lo mismo, nos estaremos estancando. Sin embargo, aunque aceptemos el error como un proceso natural y productivo, no quiere decir que no hagamos nada por impedir que se repita. Para no caer en los mismos errores debemos enfocarnos en buscar perspectivas diferentes, caminos alternativos. Asumir nuevos retos, variar la rutina diaria implica arriesgarse y, por consecuencia, tener mayores probabilidades de equivocarse. Sin embargo, si no lo intentamos, estaremos expandiendo nuestra zona de confort, con el consiguiente riesgo de estancamiento. En definitiva, sabemos que no podemos dar la espalda al error. Siempre que estés intentando avanzar o simplemente realizar tu trabajo lo mejor posible, el error puede aparecer. Pero no debes tenerle miedo. No podrás cambiar el hecho de haberte equivocado, pero podrás intentar que no vuelva a suceder, aprendiendo y mejorando en el proceso.

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